Casado contra Echenique

Se impone el segundo al enfrentar Casado contra Echenique. Los dos Pablo que para nada se parecen y donde el primero deja mucho qué decir.

Luego del debate en la Moncloa para la aprobación de la extensión del Estado de Alarma en España por la pandemia del COVID-19, se impone conocer más a cada cual.

Enfrentar a Casado contra Echenique en el plano moral e intelectual

Sin dudas gana el segundo. Pablo Echenique es un ejemplo de ser humano en la lucha contra el mal que le acompaña y una estrella moral e intelectual.

Lamentablemente no se puede opinar lo mismo del primero. Pablo Casado no debería estar donde está por el historial que le acompaña.

En los debates de Casado contra Echenique el primero siempre asume un lenguaje ofensivo y gestos de desprecio con frágiles basamentos en sus argumentos.

Pablo Casado está constantemente en el ataque personal y deja en segundo plano lo que realmente debe hacer como «político» de una formación que aglomera a millones de españoles.

Cuando usted lee las biografías de ambos no hay razón para dudar en el ganador de Casado contra Echenique.

Pablo Echenique es una estrella moral, intelectual y ejemplo de luchador incansable contra la adversidad. Es de orígen argentino con una enfermedad degenerativa que lo acompaña desde su nacimiento.

A pesar de ello, Echenique ha sabido ganarse sus méritos de forma honesta, sin la sombra de una duda. Usted lo ve llegar en su silla de ruedas a lo Stephen Hawking y cuando habla se destapa toda su elocuencia científica y moral.

Suave, pausado, sin ofensas, con un diálogo basado en la evidencia científica y social, es el discurso de Echenique. Habla y se dirige en el tono más respetuoso posible incluso al decirle a Casado «porque usted no lo sabe«.

No se trata de colores políticos

Y es que no se están comparando dos partidos ni sus ideologías, aquí, en esta opinión, se trata de sacar al tipo de persona con poderes políticos en los que el pueblo deposita su confianza.

Sean del Partido Popular o de Podemos, sus representantes en el gobierno de una nación han de mostrar una carrera limpia e ilustrada. Para representar a un enorme grupo nacional no basta con la verborrea o ir con sus impecables trajes peinados y barbas de Vox.

Sí, claro que influye esa imagen trabajada hasta el detalle en lo externo en ropa, zapatos y apariencia personal, pero dentro puede encontrar un monstruo. No significa que no se deba hacer, soy partidario de ello pero antes hay que adentrarse en actitud y aptitud, moral e intelecto, capacidad.

Se necesitan personas capaces de con su intelecto, porque son intelectuales desde que se instauran como políticos, puedan hacer una gestión efectiva, inteligente, moral.

No es andar de picapleitos e incendiarios, es gobernar con responsabilidad y justeza. Es demostrar con su discurso la nobleza de sus ideales y programas sociales.

Jamás debe llegar a la máxima dirigencia política de un partido aquel sobre el que se cierne una duda.

Yo les invito a que revisen las dos biografías sintetizadas y, sin sacar la afinidad política en esa comparación, puedan definir.

Algunos datos sobre supuestos fraudes de Casado en su carrera

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